Como estudiantes profesionales, a menudo nos vemos atrapados en el ajetreo táctico diario del trabajo y los estudios. Es fácil olvidar que estamos de vuelta en la escuela de nuevo para estos pocos años y absolutamente vuelan en un abrir y cerrar de ojos. Como estudiantes de Goizueta, tenemos oportunidades...
Al hablar de la brecha Liderazgo-Ambición, en su libro “Lean In”, Sheryl Sandberg señala acertadamente, “La ambición profesional se espera de los hombres, pero es opcional -o peor, a veces incluso negativa- para las mujeres”. Puedo dar fe de esta afirmación, ya que procedo de una cultura muy conservadora. Me...
Una de las principales consideraciones de cualquier profesional en activo que desee obtener un título de posgrado es el apoyo que recibe (o no recibe) de su empresa. Tengo amigos y colegas que han dejado una empresa en parte debido al escaso apoyo a su MBA a tiempo parcial y otros que han rechazado ofertas muy lucrativas para cambiar de puesto porque eso significaría que ya no podrían realizar su MBA de forma realista.
La elaboración del currículum y la carrera profesional suelen ser algunas de las áreas más complicadas para los profesionales más jóvenes. ¿Cómo se consigue la experiencia adecuada? ¿Cómo asegurarse de que se está en el buen camino?
A medida que me acerco al ecuador de mi tiempo como estudiante de MEMBA, no podría haber llegado tan lejos sin el apoyo de mi jefe, mis compañeros de trabajo y mi organización. Tengo la suerte de trabajar para Emory, y no pasó mucho tiempo desde que empecé a trabajar en la universidad hasta que me picó el gusanillo académico.
Reconozco que tardé más de un año en armarme de valor y apuntarme a esta formación. Está totalmente fuera de mi zona de confort, lo que representa un ejemplo perfecto de por qué solicité el programa MBA: para “zambullirme de cabeza” en lo desconocido, lo ambiguo y lo incómodo, con el fin de crecer personal y profesionalmente.
Si antes de matricularme en la Goizueta Business School me hubieran dicho que me graduaría con unas 50 amistades nuevas y de calidad, no les habría tomado en serio.
Tiffany Willis vio la escritura en la pared. Tenía mucha experiencia empresarial en contabilidad, auditoría y consultoría, pero sabía que necesitaría más si quería dirigir un equipo: Las ofertas de empleo para los puestos que buscaba decían “preferible MBA”.